
Lola García Fernández, la primera lectora de ‘Una nueva felicidad’
La vida merece la pena por el amor, el afecto, el cariño que damos y que recibimos. La felicidad no está en publicar un libro ni en vender muchos ejemplares. Lo dicen todos los sabios, los que tienen una enfermedad terminal y casi todos los ancianos que están a punto de morirse: no hagáis caso de ese vicio humano que es alimentar fantasías que no nos hacen felices. Publicar un libro al que le has dado todo es muy bueno, siempre y cuando sepas que ahí no está tu felicidad. Está muy bien llenar un concierto si eres cantante, ganar un Goya si eres actor, o que te llame Almodóvar o que tu obra de arte se exponga en las galerías de Arte más importantes. Está genial ir con tu peli a Hollywood. Siempre y cuando sepas que ahí no está tu felicidad. Cuánto nos cuesta salir del engaño, sin embargo. La vida merece la pena por el amor, el afecto, el cariño que damos y recibimos y también por los amigos. Lola es la persona que veis en la foto y ha sido madre en estos meses. Tiene una niña preciosa y viene con su niña preciosa desde el norte de España a la presentación de mi libro el próximo sábado. Lola fue la primera persona que leyó el libro de todo mi entorno, y la única, porque yo no quise que lo leyera nadie. Protegí mi criatura como el que protege un tesoro: no quería influencias que lo condicionaran. Casi nadie sabía nada del libro. Protegía a mi libro del miedo, de lo que pudieran decir los demás. Y escribía. Sin embargo, de mi entorno quería que lo leyera alguien que me dijera que no me había vuelto loco, y elegí a Lola no sé por qué, tal vez porque era buena lectora y porque me dejó cuatro veces, cuatro, su apartamento de Melilla para ir a escribir. Ella se iba de vacaciones y me dejaba las llaves de su casa. No me dejó ni que le pagara el butano. Lola es periodista de las buenas y me hizo la primera entrevista, además, una entrevista que colgaré en algún momento y que salió en su programa de radio un año y medio antes de que se publicara el libro. Eso es creer en una persona y en un libro y lo demás es tontería. Y ahora, ¿qué ha hecho la primera lectora de la novela? Ir a la librería y comprar cinco ejemplares para repartirlos por España. Su entusiasmo es verdadero y me hace feliz. La felicidad no es publicar un libro, es compartir la vida con personas que te quieren, como Lola. Gracias.