Escribir. Escribir en cafeterías, en parques, en trenes. Escribir en casa, en el ordenador, en el móvil, en el papel, en la tablet. Escribir post, diarios, cartas, artículos, para ti o para compartirlo con el mundo. Escribir e-mails. Escribir en Instagram o en Facebook. Escribir sin que te importe lo que estás escribiendo. A veces acompaño a artistas trabajando con ellos para que hagan realidad sus proyectos artísticos. Vienen a mi despacho algo bloqueados. Trabajamos mucho el foco y el tema de la pereza y las prioridades. Vivir y disfrutar el momento sin desatender su proyecto creativo. Y a los que quieren ser escritores o escribir un libro, les animo a escribir. A escribir se aprende escribiendo. Es imposible no mejorar: solo tienes que fijarte un poco. Es el paso imprescindible. Y bueno, así empiezo yo la tarde, en un restaurante japonés, escribiendo. Iba a comer en casa y tenía mis lentejitas preparadas y todo, pero cuando llegué al portal me di cuenta que me había dejado las llaves en la bolsa de deporte. A cambio, he comido en un japonés de Chueca. Tan ricamente. Por cierto, el viernes voy a grabar un vídeo que os gustará. Feliz tarde y gracias a todos por estar ahí. C.